viernes, 12 de octubre de 2007



Recuerdo cada uno de los lugares que por gracia o por desgracia he tenido que pisar, cada vivencia, hasta cada espacio, el olor, los colores, las texturas, incluso las situaciones…

Podría decirse que algunas de ellas no han sido agradables, pero otras lo han sido a tal grado que aún guardo el recuerdo en la memoria, sé por alguna extraña razón que he dejado ahí en cada una de las personas que estuvieron presentes un pedazo de mí, de mi vida, de mis sueños, un espacio, así como cada una de las personas que se han cruzado en mi camino dejaron una parte de ellas en mí.

Rememorando esta parte me doy cuenta que el camino que he trazado se torna un poco más recto que en años anteriores, lleno de metas, hoy construyo nuevos sueños pero sobre bases más sólidas, creadas a partir de cada una de esas huellas dejadas dentro y fuera de mí, cada enseñanza de la vida misma y de Dios, hoy ha creado el ser que vive en mi interior y aunque tal vez falta mucho más camino por recorrer, no me arrepiento de cada uno de los pasos que dí, porque hoy sé que me conforman como lo que soy, un ser humano, que vive, que ríe, que siente y que puede decir que solo por hoy es feliz….

Jade (Yadira Glez)

miércoles, 10 de octubre de 2007

HUELLAS 3.2



Nueve de la mañana.
Mi mente está confusa, sedada, adormilada.
Sólo puedo pensar en lenguaje metafórico
y me pregunto si serás capaz de entender - como siempre.

Hoy más que nunca puedo ver
mi color sobre tu blanca piel,

Más que nunca puedo sentir
tu cálido cuerpo al contacto con mi piel.


No me detengo a pensar si tanto calor me quemará,

sólo sé que tu amargo sabor

a diario se endulza con mi apasible inquietud.


Me llenas de energía en cada sorbo

y siento tu efecto adictivo y apasionado

desde el momento en el que estás en mi...

en mi rostro, en mi cuello... en mi estómago...

todo mi cuerpo rebosa calor.


El tiempo va pasando y has quedado tan adentro
que no distingo la luz ni el sabor,

ni el sonido ni el ardor.

Sólo sé que tu huella sobre mi

es más profunda que mis labios en ti.


Abigail García

martes, 9 de octubre de 2007

HUELLAS 3.1



Todo comienza y termina en un momento como éste, cualquiera, que me detengo a repasar mis pasos. De pronto miro alrededor y pareciera como si estuviera todo en calma, estático, diferente a la última vez que dejé de mirar para apresurarme a donde debía llegar. Entonces todo alrededor se movía incesante y caótico, como si tuviera que salir huyendo de ese tiempo y de ese espacio, antes de que se destruyera por completo… y me destruyera también.

Pero, ¿cómo? ¿Por qué ahora no hay ese caos? ¿Dónde quedó la emergencia de sobrevivir al presente? Más que volverse en pasado, ahora parece eterno y mi existencia se prolonga con él. Pero además tengo un poder que no existía hace un instante: hoy que estoy en calma, tengo el vivo recuerdo del caos que me trajo hasta aquí. Vuelvo la mirada hacia los pasos que dí. Ahí están. Puedo ver las huellas que recuerdan que estuve ahí. Hay tantos caminos alrededor, y muchos de ellos conducen precisamente a donde me encuentro hoy. El derrotero es lo que cambia, lo que me cambia. De haber tomado uno distinto, hoy no estaría suspendida en esta efímera eternidad.

¿Cuántos espacios en caos? ¿Qué momento me depara el instante inmediato al que respiro justo ahora? Ya siento que me jala. El tiempo se estira por última vez, y poco a poco muere la eternidad para arrojarme a otro camino hacia el caos. ¿Y mis huellas? Mis huellas me siguen. No importa cuán rápido o despacio me vaya de aquí. Siempre que vuelvo la mirada, repaso los derroteros y las efímeras eternidades, en el caos y en la calma, en el presente que ya no lo es, en el momento que respiré ayer, ahí están. Ahí seguirán.


Erika Palmeros